Discusiones en medio del divorcio

viernes, 16 de octubre de 2009

Casi "off-line" platicaba del tema con Peter. El tiene toda una teoría, yo sólo mi humilde experiencia.

En esta etapa en la que sólo nos falta la cita con el juez, mi futuro ex marido y yo hemos discutido como nunca. Siendo sincera, mis emociones están a flor de piel y el ver que tengo un email de él, o el responder a una llamada de él, me pone tensa y a la defensiva. Lo primero que pienso es ¿y ahora qué? ¿En qué se va a desdecir ahora? y a lo que él diga, le trato de encontrar una agenda oculta.

Ayer me habló para preguntarme sobre cuándo sería la cita con el juez. Le tuve que contar las periprecias que había hecho mi abogada para retrasar la primera fecha de audiencia, porque yo estaba de viaje. Se quejó que no estaba funcionando ésto, que necesitaba tener la cita con el juez en menos de dos semanas y que iba a mover cielo, mar y tierra para quedar divorciado lo más pronto posible.

Fue el momento perfecto para decirle lo que tenía atorado desde hace días: que ya no me contactara, que cualquier cosa que quisiera tratar, lo hiciera con mi abogada. Con esta medida quiero dejar de estar expuesta. Yo no sé si realmente él es injusto, o si me agrede, no lo sé porque no puedo ser objetiva ¡soy la esposa!. Ayer se lo dije: "mira, lo mismo que me dices a mi, dícelo a la abogada. Te juro que ella no se va a sentir agredida, ni va a llorar."

Dijo que el también enviaría a su abogado y dijo mil cosas más que no quise escuchar y que si por error escuché, ya las olvidé. Unos minutos después se disculpó. Y volví a escuchar al ser con el que yo vivía en paz. No hay problema, lo disculpo, pero no quiero volver a vivir eso, así no se sanan las heridas, así no se perdona.

Me resisto a caer de ánimo. Ayer, en el momento si me puse mal, si lloré y grité. Pero momentos después perdoné. Dejar ir, es todo lo que intento. No es rechazo a verlo o escucharlo, es mi medida de protección para no pasar momentos tensos y discusiones inútiles, porque eso son, discusiones inútiles que desatan bombas innecesarias. Si ya nos vamos a divorciar ¿por qué lastimarnos más?

1 comentarios:

Anónimo,  2:49 p. m., octubre 17, 2009  

Es difícil escribirte. Eres de las personas que toman una decisión y la siguen, aunque duela. No eres de las que dan marcha atrás. Hay poco o nada que decirte, quizás sólo escucharte, mirarte y aprender.
Eres inteligente hasta para definir que en ciertos puntos de vista, quizás no puedes ser objetiva, porque tú eres la esposa.
Eres aguerrida por naturaleza y quien fue tu pareja no guerreó para sacar las cosas a flote, no lucho para darse otra oportunidad, se rindió a la primera, abandonó sin razón, sabes en el fondo que le falto valor para decirte en la cara porque ya no quería seguir, y se llenó de pretextos y de excusas. Y todo eso te revienta.
A veces lloras. Pero ese llanto es la rebeldía de la que sabiéndose fuerte, solo tiene que cruzar los brazos cuando ve que ya todo esta consumado y ante la indiferncia de la otra parte.
No temo por tu ánimo, porque eres una mujer de moral inquebrantable. Pero trata de canalizar tu fuerza en tu beneficio. No gastes energía en quién no responderá nunca a tu nivel. Piensa que si tu matrimonio termino mal, que tú divorcio termine bien.
Una nueva vida te espera, un nuevo mundo se abre, sal a su conquista, a lo pasado pisado, es como nacer de nuevo pero con experiencia. Ya falta poco para terminar este trago amargo.
¡Saludos!

Juan Carlos

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