Los hechos

lunes, 10 de agosto de 2009

Antes de contar algo más de mi proceso, déjame único seguidor de éste blog, contarte lo que sucedió ayer. Como lo había contado, llegó tarde y despreocupado. Por más de una hora, me estuvo contando sus últimas dos semanas con detalles sociales, gastronómicos y académicos. Recuerdo nada de esa plática. Bueno, de hecho solo tengo una visión al respecto.

Yo, sentada en el restaurant de comida china, sentada frente a él, tomando mi Coca Light, tratando de disimular lo que tenía ganas de decir: tu y yo no somos amigos, no me interesa lo que me cuentas.

Pero claro, hay que tener decencia en esta vida, así que callé. Creo que algo comprendió de mis miradas y dejo de contarme, para después preguntar

- ¿Hiciste el viaje para ver a tu exnovio?
- ¿Importa?.- Le respondí preguntando.
- No, si te sientes incómoda hablando de eso, olvídalo.- Dijo tratando de ser prudente.
- No me incomóda en absoluto. Si fuí.
- Te veo muy bien.
- Estoy muy bien, gracias. Oye, recibí tu mensaje de texto el día que te ibas de viaje ¿qué pensaste?

Y entonces entramos en tema. Dijo que si, que lo dudó un día, pero que ahora tenía claro que lo mejor era que nos separaramos, que nuestro matrimonio no estaba funcionando, sobre todo desde que salimos de nuestro país porque las cosas se volvieron inequitativas.

En ese momento me relajé y me dolió. Me relajé porque el que él esté de acuerdo con la separación me aligera la carga emocional. Y me dolió porque no lo intentó, porque me gustaría ser quien inspirara a luchar, porque me gustaría ser alguien junto a quien se quiere estar y no alguien a quien se le abre la puerta para que se vaya ahora, o más tarde, pero que se vaya.

Volvimos a mi departamento a revisar una lista que había hecho sobre las cosas que me llevaría definitivamente. En algún momento me preguntó por qué me notaba irritada, creo que le respondí que porque creía que era un tonto, porque podríamos haber evitado esto si él hubiera puesto de su parte. Después de intercambiar dos o tres rudos comentarios concluímos en algo en común: el otro tiene la culpa de que no haya funcionado. Así de fácil.

Cuando se iba, le pregunté si le podía dar un beso en la mejilla, sonrió y se acercó, le dí el beso y cuando intentaba devolvérmelo me giré y nos dimos un beso en la boca.E

- Sabía que ibas a hacer eso.- Me dijo riéndose.

No me acuerdo si le respondí. Después me pregunté un par de veces por qué hacía eso, por qué dejaba que me tocara, por qué yo lo tocaba, por qué estaba dejando que pasara eso, es más, por qué diablos lo propicié. Luego me lo dejé de preguntar y disfruté.

Hoy es un día súmamente extraño. Por primera vez en mi vida, tengo cruda moral por haber tenido sexo con alguien. Podría decir que no pasa nada, que es mi marido todavía, pero sería solo intentar justificarme. Podría decir que quería un recuerdo de él ahora que vamos a divorciarnos o que lo extrañaba, pero no es cierto.Me siento terrible y no sé con quien hablarlo.

He cortado un par de conversaciones con amigos hoy, me he portado grosera y tajante, es como si este malestar se saliera de mis manos. Me pasan por la cabeza cosas terribles acerca de usar a las personas, de egoísmo, de celos, de olvido. Tengo algo claro, esto no debería de estar pasando.

Vuelve el deseo de estar lejos, en donde nadie sepa de mi, donde no esté él y me perturbe, donde no esté el otro y me aproveche,y donde pueda borrar todos los sentimientos que hoy me persiguen.

Por cierto, cuando se fue, insinuó que sabía que en mi viaje había tenido relaciones con mi exnovio también.


¿Por qué no se acaba el día ya?

0 comentarios:

Publicar un comentario

  © Blogger template The Professional Template II by Ourblogtemplates.com 2009

Back to TOP