Qué hacer ante una sepación?

domingo, 2 de agosto de 2009

No, no pretendo que quien lea este blog me responda. A mi edad, se ha escuchado mucho sobre las cosas que se tienen que hacer y las que no, cuando rompes una relación. Incluso, en internet ya me he estudiado qué debo hacer ante una sepación que parece ir, irremediablemente, al divorcio.

Mi parte racional lo tiene bien memorizado: buscar actividades a solas que me den satisfacción, poner especial atención a mi salud (comer bien y hacer ejercicio), buscar refugio en mis amigos, aceptar las invitaciones que me hagan, redecorar mi casa para encontrarla distinta a como era cuando estaba él aquí. Y si, también sé que no debo involucrarme en otra relación, que lo del clavo que saca a otro clavo, no es muy sano mentalmente. Que hay que cerrar una relación para empezar otra.

Ajá, esa es la teoría. En la práctica se complican un poco más las cosas. De hacer cosas a solas, pues mira, no hay otra opción. Pero de comer bien ¿qué digo?, no me apetece cocinar para mi nada más, lo hago pero no siempre. Lo de mis amigos, lo hago, con las limitaciones que la distancia y el horario me dan.

Lo de salir, aceptar invitaciones, es lo que llevo fatal. Simplemente decido no ir. Mi primera respuesta es ¿por qué no?, pero al acercarse la hora, digo que siempre no. Prefiero quedarme en casa a leer, a ver una película, a hablar por teléfono o videoconferencia. A veces creo que me es difícil porque no es mi ambiente, no me había integrado a esta ciudad y ahora me parece inútil hacerlo.

¿Quién sabe si es así? y no pretextos para no estar en un ambiente social desconocido. Evitar responder preguntas sobre mi estado civil o temor a conocer gente nueva. Puede ser. Mis patologías no se han ido con esta etapa. Yo soy de difícil acercamiento, ni yo me siento cómoda con la gente nueva y creo que la gente no se siente cómoda conmigo en la primera impresión. Así era antes y así sigue siendo.

Antier tuve una invitación a una fiesta que prometía, y si, fue muy buena. Un día después me despierto deseando que en ese momento fuera la hora de irnos a la fiesta y digo que hubiera ido. Hoy tengo otra invitación, suena a algo tranquilo, a una simple cena con gente agradable. Casi los mismos que estuvieron en casa hace un par de semanas, en la cena de enchiladas, tequila y mojitos.

El proceso es el mismo. Digo que igual si, pero sé que no iré. Tengo cosas o pretextos suficientes. Hacer tarea, ver una película que dejé incompleta ayer, seguir con un libro que tengo una semana que lo dejé suspendido y hablar por teléfono, que el domingo es el día de llamadas familiares.

¿Será muy grave no hacer caso a lo que dicen los expertos? Gracias, yo sola me respondo. Pero es que soy tan convincente conmigo, eso o falta de voluntad, o necedad, o temor, iré yo a saber algún día.

0 comentarios:

Publicar un comentario

  © Blogger template The Professional Template II by Ourblogtemplates.com 2009

Back to TOP